La música es importante para el desarrollo de los niños y las niñas. Los ritmos son necesarios para el desarrollo de la vida cotidiana, como menciona Corredor, A. (2010), estos están presentes desde el vientre materno, los cuales forman parte de nuestra vida fisiológica, como los latidos del corazón, respiración, etc. A través de la música se adquieren habilidades y capacidades tales como la coordinación, el ritmo, el desarrollo de los sentidos, ayudando de igual manera a la atención y a la concentración. Por este motivo se ve importante que se les presente la música desde edades tempranas. La música brinda grandes beneficios, por ello es esencial su introducción desde las primeras edades de vida.
Es necesario tener en cuenta, según afirma Corredor, A. (2010) partir de elementos musicales simples, contribuyendo a la educación rítmica y sensorial. Despertar el interés en cada niño y niña es muy importante, ya que la introducción de técnicas sin sentido para ellos/as solo favorecerá a frustraciones y actitudes pasivas que para nada contribuyen al desarrollo de la imaginación.
Brígida, A. (2010) apuesta por la música como herramienta básica sobre la que se sustenta en la educación infantil, a través de la cual se puede educar tanto la voz como el oído y ritmo.
Con motivo de ello, es importante reconocer la música como un recurso lúdico y didáctico que permite exteriorizar sentimientos y emociones a los niños, así como conseguir un equilibrio afectivo, sensorial, intelectual y motriz; y no simplemente por el disfrute que esta conlleva la expresión artística.
Por todo ello, se puede afirmar que la música causa efectos favorecedores que deben tratarse de manera habitual en las aulas. En definitiva se trata de “aprender música, haciendo música”.
Esta introducción en la música desde edades tempranas nos posibilitará identificar talentos u obstáculos a reforzar, pues la plasticidad del cerebro de los niños y las niñas será mucho mayor que en años posteriores. Cuando hablamos de talento no nos referimos a un don, es algo que necesita de un conocimiento previo acompañado de experiencias ricas que favorezcan su desarrollo. Aunque haya un gran interés por parte del sujeto, si el resto de factores no son favorecedores, el desarrollo del talento musical tampoco se dará de manera correcta. Cuando se descubre que un niño o niña tiene predisposición o se le ha estimulado esa percepción auditiva, llegará el momento en el que sus familiares puedan decidir que se inicie en el estudio de un instrumento musical o no. Es fundamental el profesor, porque es quien va a guiar y canalizar esa facilidad, a desarrollarla y guiarla para el futuro, que termine su carrera, su música, etc. Para desarrollar esas habilidades hace falta mucho trabajo, que el niño disfrute de lo que hace.
Según Ximo Valero (2020), la música tiene numerosos beneficios en los niños y niñas, ya sea por medio de un instrumento musical, del canto o del baile:
Mejora la memoria, la atención y la concentración: Gracias a su poder de evocación, la música fomenta la concentración, la memoria y la atención de los niños y niñas. Un niño o niña con una formación musical variada y constante, o que emplea la música para alcanzar sus objetivos, tiende a memorizar más fácilmente.
Estimula su inteligencia y mejora la habilidad para resolver problemas matemáticos y razonamientos complejos: La música tiene un vínculo importante relacionado con los altos desempeños académicos. La atención temprana a la música favorece la actividad neuronal y activa la parte del cerebro relacionada con la lectura y las matemáticas.
Es una manera de expresarse e incluso la expresión corporal del niño se estimula más: La música brinda un medio de expresión de cualquier sentimiento o emoción. A través de un instrumento musical, de una canción o de un baile, se puede aprovechar la energía y los sentimientos así como fomentar su gusto por la diversidad.
Introduce a los sonidos y significados de las palabras: La música favorece el aprendizaje y ayuda a mejorar su lenguaje, y dispensar su discriminación auditiva. Asimismo, la repetición de canciones agrega vocabulario nuevo y el ritmo les ayuda a repetir frases complejas. Un aprendizaje divertido, dinámico y espontáneo.
Les hace más sociales, ya que les brinda la oportunidad de interactuar entre sí: Tocar, bailar o cantar con sus iguales puede hacer que un niño o niña llegue a perder su timidez, y además favorece su interacción con otros infantes y con adultos, lo cual esto le ayudará a socializar. La música posibilita que se trabaje en equipo, fortalezca y establezca nuevos vínculos y comunique sus ideas con fluidez.
Estimula la creatividad infantil: Mejora la creatividad y la imaginación infantil al estimular el área derecha del cerebro, fomentando además la capacidad de realizar cualquier otra actividad artística.
Invita al movimiento y mejora su estado físico: El baile y el movimiento al que invita la música ayuda a la actividad física y favorece el equilibrio y el desarrollo muscular de los niños y niñas al adaptar su movimiento corporal a los ritmos, ayudando a potenciar el control rítmico del cuerpo y a mejorar su coordinación y su sentido espacial.
Mejora la salud y calma el dolor: Escuchar música de cualquier tipo fortalece el sistema inmunológico. Numerosos estudios recientes demuestran que calma el dolor.
Alivia el estrés, el miedo y la tristeza, y potencia la autoestima: La música favorece a coordinar la respiración y a relajar el pulso, construyendo así que los niños y las niñas se relajen y aprendan a controlar sus emociones. Sin embargo, el poder de evocación de la música hace que al escuchar canciones alegres los niños y niñas mejoren su estado de ánimo y se sientan más felices. De otro modo, ser capaces de tocar o cantar una melodía o bailar una coreografía ayuda a que se sientan seguros de sí mismos.
Establece una rutina diaria: Resaltar también la importancia de establecer rutinas, ya que los pequeños asocian ciertas melodías con ciertas actividades, lo cual sienta las bases de una futura disciplina.
Comentarios
Publicar un comentario